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Un café con…Dr. Andrés del Pozo, cirujano bariátrico

Doctor del Pozo, especialista en cirugía bariátrica

Cuando la dieta y el ejercicio no son suficientes es hora de recurrir a otro métodos para perder el peso que nos dificulta nuestra vida diaria. El Balón Gástrico y el Método POSE son los procedimientos mediante los que los pacientes pueden reducir el tamaño de su estómago sin necesidad de pasar por el proceso de una cirugía.

Ambos métodos se realizan por vía laparoscópica y están avalados por años de experiencia que los han situado como una opción más que plausible a los tradicionales métodos quirúrgicos de reducción de estómago. Los avances en medicina no dejan de traer nuevos métodos para mejorar nuestra salud de la forma más sostenible y eficaz posible, ¿hacia dónde nos llevarán estas técnicas en el ámbito de la obesidad y el sobrepeso?

El Dr. Andrés del Pozo tiene más de una década de experiencia en la práctica de estos tratamientos. Con más de 2.000 balones gástrico colocados y 500 Método POSE realizados, el Dr. del Pozo es uno de los mejores cirujanos bariátricos de Madrid y hoy, se toma un café con nosotros para resolver todas nuestras dudas sobre estos nuevos procedimientos que pretenden acabar de una vez por todas con la epidemia del sobrepeso y la obesidad.

¿Qué es el Balón Intragástrico?

El balón intragástrico es un utensilio que se viene utilizando desde hace muchos años y está indicado fundamentalmente para pacientes con obesidad moderada; generalmente con obesidad tipo I o tipo II.

Deseamos que sean pacientes capaces de llevar una dieta porque es un procedimiento, aunque temporal, restrictivo. Se ocupa un espacio en el estómago, lo que hace que el paciente tenga menor capacidad en este órgano y por consiguiente pueda ingerir menos cantidad de alimento.

El paciente debe ser capaz de asimilar que va a comer menos y aprovecharlo para poder modificar sus hábitos dietéticos y fundamentalmente el estilo de vida. Con esto, el paciente conseguirá a corto plazo una pérdida significativa de peso que debe sedimentar para, en el futuro, no recuperarlo, por eso es fundamental durante esos seis meses realizar una serie de modificaciones diéteticas y enseñarle un aprendizaje que ha de interiorizar para conseguir el éxito.

¿Es el mismo paciente el de Balón Gástrico que el de Método POSE?

Sí. Teóricamente son dos procedimientos endoscópicos, poco invasivos, con pocas complicaciones de importancia e indicados para obesidad tipo I y tipo II.

La diferencia radica en que mientras que el balón intragástrico es un procedimiento temporal, (va a estar en el estómago 6 ó 12 meses) el procedimiento del POSE es más definitivo, en el sentido de que realizamos una serie de repliegues en el estómago que van a modificar su forma y su tamaño y esa modificación va a ser permanente.

Los pliegues se realizan de forma transmural, consiguiendo que la serosa esté en contacto con la serosa, lo que produce una reacción de fibrosis , una creación de colágeno y una cicatriz, lo que hace que los pliegues sean permanentes.

El paciente que sea capaz de aprovechar la ayuda que la da el balón intragástrico para modificar la forma de comer y con eso le sea suficiente, puede optar por este tratamiento.

El paciente que es capaz de hacer dietas pero con mucha facilidad vuelve a ganar peso, quizá es más indicado que opte por el POSE, porque le va a permitir hacer esa modificación pero ésta va a permanecer en el tiempo y le va a ser más fácil fidelizar ese cambio de comportamiento alimenticio.

¿Los pliegues del POSE son para siempre?

Los pliegues si están bien hechos, son pliegues transmurales y van a permanecer.

Nosotros hemos revisado un montón de pacientes después de casi 500 intervenciones realizadas y los pliegues permanecen.

Eso no quiere decir que el estómago no pueda aumentar en otra zona a largo plazo si el paciente se empeña, pero el área cosida es área cosida, es como una sutura quirúrgica, entonces eso va a ser permanente. Efectivamente, como hemos indicado, se puede extender por otro lado, por eso tratamos de huir de los pacientes que sufren trastornos por atracón.

Hay que tener en cuenta que si tú ingieres constantemente grandísimas cantidades de alimento, te puedes operar de bypass, de manga gástrica, puedes acudir a la técnica que quieras, a la más agresiva posible, pero al final el paciente va a acabar dilatando el estómago y acabará ganando peso de nuevo.

¿Se puede llegar a perder el mismo peso con balón que con POSE?

Sí. Tenemos pacientes con pérdidas de hasta 40 kilos tanto con POSE como con balón. Digamos que en el POSE la pérdida quizá es más lenta, pero es más sostenida. Por otro lado, en el balón el paciente que va muy bien puede perder muchísimo peso.

Tenemos que tener claro que es fundamental el seguimiento multidisciplinar en ambos tratamientos. El tratamiento no es solo la técnica endoscópica, el tratamiento es la modificación integral del estilo de vida y eso es algo básico tanto en el POSE como en el balón.

¿Cuáles son las complicaciones que pueden tener estos tratamientos?

El balón intragástrico es un poquito más agresivo, paradójicamente, aunque no actúe directamente sobre la estructura anatómica. Esto se debe a que requiere un periodo de adaptación.

El paciente inicialmente va a tratar de expulsar ese balón puesto que el organismo se nota raro, tiene un cuerpo extraño y trata de eliminarlo con vómitos. Lógicamente cuando hay mucho vómito siempre tienes algún pequeño riesgo de sangrado o erosión.

Puede ocurrir que el contacto continuo del balón con la mucosa gástrica derive en erosiones o úlceras en determinados pacientes pero es algo muy infrecuente. La úlcera en su máxima expresión puede producir una hemorragia o incluso hacer una perforación gástrica, pero es una cosa absolutamente extraña.

En todos los procedimientos invasivos tienes riesgo. También en la introducción y la extracción del balón puedes tener complicaciones.  Durante la extracción hay que vaciar el balón y sacarlo plegado y desinflado con una pinza por un tubo estrecho, potencialmente puedes producir perforación, sangrado…pero es muy raro. Entre mi equipo y yo llevamos colocados 2.000 balones desde 2007 y nunca hemos tenido ningún problema.

¿Es posible que se pueda romper el balón?

La calidad de los balones es muy buena. Son balones testados con los que tenemos muchísima experiencia, pero como en todo puede haber alguno que salga defectuoso o no sea capaz de soportar el PH tan ácido que se produce en el estómago. Este ácido lo que hace es ayudar a digerir el alimento y eventualmente, si hay algún balón que a pesar de la trazabilidad y de que sea nuevo, puede ser que se rompa. Eso sucede en menos de un 3% de las ocasiones.

¿Cuál es la edad recomendable para que un paciente se pueda realizar este tipo de tratamientos?

Fundamentalmente nosotros siempre trabajamos con pacientes mayores de 18 años. Pensamos que es razonable que el paciente sea capaz de decidir por sí solo si se quiere realizar uno de estos tratamientos.

Potencialmente se podrían realizar en pacientes de menos edad, pero nosotros en principio la barrera que establecemos es esta porque nos parece lo más razonable.  En edades menores el paciente todavía está en crecimiento y sus circunstancias pueden cambiar. No obstante, de manera puntual, se puede estudiar el caso pero, en principio, 18 años es una edad buena para poner una barrera.

¿Por qué una persona debería decantarse por un tratamiento no invasivo en lugar de por una cirugía?

Yo creo que son terapias complementarias. No estamos ocupando el espacio de la cirugía convencional, sino que estamos proporcionando herramientas menos invasivas y que son también muy buenas. Además pueden aportar al paciente una mejoría en la percepción de salud y en la percepción psíquica sin necesidad de recurrir a herramientas que sean definitivas, en el sentido de que algunas técnicas quirúrgicas lógicamente producen tal modificación anatómica y funcional, que pacientes con 50 ó 60 años de esperanza de vida por delante a lo mejor no necesitan.

No obstante, nosotros tratamos de ocupar el espacio de índices de masa corporal entre 30 y 40, por encima de 40 yo creo que se debe optar por técnicas más radicales, porque la pérdida de peso entre un método POSE o un balón y un bypass no es comparable.

En el bypass se va a perder más peso porque no solo hace una modificación anatómica sino que altera toda la fisiopatología, todo el procedimiento de digestión del alimento y eso hace que haya una  parte restrictiva de diferenciación de tamaño y una parte malabsortiva, ya que no se absorben determinados nutrientes con facilidad por esa alteración que se ha producido, por ello este tipo de cirugías hay que dejarlas para casos de obesidad mórbida.

¿Se empieza a perder peso desde el primer día?

Teniendo en cuenta que los pacientes inicialmente tanto en el POSE como en el balón tienen que llevar una dieta líquida durante una semana, lógicamente al principio van a perder seguro. Probablemente la pérdida es más rápida en el balón. En el método POSE la adecuación a las cantidades es más lenta sin embargo en el balón, el estómago está muy ocupado y la restricción es mayor por lo que las grandes cantidades no entran.

Una vez que finaliza el tratamiento, ¿cómo cambia la vida de los pacientes?

El paciente tiene que ser consciente de todo lo que ha ganado durante esos 6 ó 12 meses del tratamiento. Tiene que ser consciente de cómo ha mejora do nutricionalmente:  ha mejorado la ingesta, no es que vaya a comer menos es que va a comer mejor. Lo importante es que va a aprender a comer y eso tiene unos beneficios importantísimos para la salud fundamentalmente, pero también para la percepción de la imagen corporal.

El paciente se encuentra psíquicamente mejor.  Hay que aprovechar eso para no tirarlo por la basura y decir: me encuentro mejor, peso menos, me muevo mejor, me duelen menos las articulaciones, me baja el colesterol, la tensión, le gusto más a mi pareja…todo eso tiene que animarnos para mantener el nivel de vida saludable que hemos alcanzado.

¿Puede colocarse una persona varias veces el balón gástrico?

Sí, es posible, lo que pasa es que el paciente tiene que ser consciente de que si le fue bien en el momento en el que se sometió al tratamiento y después lo ha recuperado, a lo mejor no es el mejor método. Si no es capaz después por sí solo de mantener su peso, igual es mejor recurrir a otras opciones como el POSE o procedimientos quirúrgicos tradicionales, como la manga o el bypass, si tiene el nivel de obesidad suficiente para recurrir a ello.

¿Se puede comenzar el tratamiento después de dar a luz?

Lo prudencial es siempre esperar a terminar con la lactancia porque eso condiciona una serie de condiciones hormonales que puede hacer que a la paciente le cueste más perder peso. En otros casos, hay madres que optan por no hacer lactancia y en ese caso pueden afrontarlo cuando se recuperen del parto.

¿Es la obesidad una cuestión de genética?

Está claro que hay familias de personas con sobrepeso y está claro que hay componente genético también, pero ese sobrepeso en muchas ocasiones no se debe solo al componente genético, sino a la dieta y a un estilo de vida inadecuados.

Genética sí es en determinados casos, pero en la mayoría de la gente es porque se lleva una vida sedentaria, por el cambio de la dieta mediterránea por la dieta basura americana…esto está haciendo que cada vez haya más pacientes obesos.

¿La gente decide hacerse ese tratamiento por salud o por estética?

Hay de todo. La gente tiene que pensar que la sociedades de obesidad defienen como éxito la pérdida de 10% de peso.  Es decir, si un paciente que mide 1.65 y pesa 85 kg pierde 8,5 kg , se ha demostrado que mejora radicalmente sus articulaciones, el colesterol, las cifras tensionales, el azúcar, y se disminuye el riesgo de alteraciones cardiovasculares, infartos, ictus y también de cáncer de hecho, cada vez hay más tumores relacionados con la obesidad.

El paciente tiene que ser consciente de que una pequeña pérdida de peso supone una mejora brutal en todo su cuerpo, entonces lo primero es la salud. Está muy bien la estética y a todos nos gusta encontrarnos guapos, pero debemos pensar en la obesidad como un trastorno que afecta sobre todo a la salud.

¿Influye la actitud de los pacientes en este tipo de tratamientos?

Es fundamental. Muchas veces echo para atrás a algunos pacientes porque no les veo motivados. El paciente no puede confiar el triunfo del tratamiento al profesional que hace el procedimiento quirúrgico, eso no sirve. El paciente tiene que tener mucha motivación y ser consciente de que tiene que poner mucho de su parte.

Estamos en la sociedad del ‘que me lo hagan todo’ y eso es una mala lectura. Las cosas hay que hacerlas por uno mismo, ganárselas y eso sirve de automotivación. Cuando uno ve que hace las cosas y obtiene resultados, que se lo está currando, es una retroalimentación positiva que hace que el paciente continúe en esa idea y el éxito persiga en el tiempo.

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