Hago dieta y no adelgazo: seguro que es una frase que te suena. Todas las dietas y los procesos de pérdida de peso empiezan con muchísima motivación. El inicio de cualquier reto es fácil porque contamos con las ganas suficientes como para abordarlo sin embargo, a medida que pasa el tiempo las ganas de coger las zapatillas de deporte y de tirar a la basura todos los dulces de tu despensa, se convierten en un eterno “hoy no, mejor mañana” y en atracones provocados por la angustia que nos da ver que no estamos consiguiendo nuestros objetivos.
Esa frustración puede que se haga más grande si has iniciado tu proceso de pérdida de peso junto a alguien y ves cómo esa persona sí que va poco a poco logrando éxitos mientras tú, por mucho que te esfuerzas, no lo consigues. Perder la motivación en este tipo de retos es lo peor que te puede pasar pero es hora de que entiendas de que si todos tus esfuerzos van enfocados hacia la pérdida de peso y no lo estás consiguiendo, hay un factor que escapa a tus manos y eso es precisamente lo que está haciendo que todo lo demás falle.
¿Por qué hago dieta y no adelgazo?
Son muchos los factores que pueden hacer que la dieta y el ejercicio no sean suficientes para perder los kilos que te situarían en un umbral fuera de los peligros de la obesidad y el sobrepeso. Sin embargo, en la mayoría de los casos ese esfuerzo sin recompensa se debe principalmente a dos causas.
La dieta que estás realizando no es la adecuada para ti
Tienes que tener en cuenta que tu organismo tiene sus particularidades y que, mientras a otra persona le pueden estar funcionando unas pautas concretas de nutrición, no quiere decir que eso se haga extensible a tu caso.
Todos hemos caído alguna vez en el error de buscar dietas por internet y de seguirlas como si en ellas se encontrara la clave de tu pérdida de peso. Puede que también hayas seguido a rajatabla los supuestos consejos de la celebrity de moda de turno y que no han hecho más que confirmar que eso de las dietas no es lo tuyo.
¡No desistas! ¡No te rindas! Que esa dieta que leíste en un página no te haya servido, no quiere decir que no vayas a ser capaz de afrontar una dieta especialmente diseñada para ti. Lo más importante para que una dieta triunfe es que esté adaptada a tu organismo y a tus necesidades nutricionales.
Busca la ayuda de un profesional en nutrición y ¡créenos! Tu dieta no se volverá a hacer cuesta arriba puesto que además de con alimentos adaptados a ti y a tu ritmo de vida, recibirás un chute de motivación constante gracias a tu nutricionista.
Pérdida de motivación y de fuerza de voluntad
No te preocupes. Es absolutamente normal. Te lo volvemos a repetir: cada persona es un mundo y la falta de motivación y de fuerza de voluntad no son ningún pecado.
En ocasiones nuestra personalidad, nuestros sentimientos o nuestro estado de ánimo influyen en los procesos de pérdida de peso. Psicológicamente no es fácil afrontar este tipo de cambios y simplemente hay personas que no son capaces de llevarlos adelante sin una ayuda extra y ¡no pasa absolutamente nada! Lo importante es que lo asumas y que comiences a buscar otro tipo de soluciones.
En este tipo de casos en los que al paciente le resulta imposible perder peso y en los que la obesidad y el sobrepeso ya suponen una grave amenaza para su salud, se recomiendan métodos de reducción de estómago.
Balón Gástrico: la solución definitiva a tus problemas de sobrepeso
De entre todos los métodos de reducción de estómago que existen, puede que el perfecto para ti sea el Balón Gástrico. Este tratamiento tiene muchas ventajas y la máxima “hago dieta pero no adelgazo” te convierte en el candidato ideal para disfrutarlas.
Candidato ideal para el balón gástrico en ventajas
El balón gástrico es un método que permite reducir el volumen del estómago sin necesidad de practicar ninguna cirugía ya que se introduce en nuestro cuerpo por vía laparoscópica lo que, siempre y cuando el médico considere que es el tratamiento más adecuado, se convierte en la opción favorita de nuestros pacientes tanto por su fácil colocación y retirada como por la comodidad del proceso posoperatorio en relación con otros métodos.
Gracias al balón gástrico la cantidad de alimentos que consumes es mucho inferior a la que sueles ingerir debido a que tu estómago tiene menos capacidad, por lo que será tu propio organismo el que se saciará antes y el que impedirá que comas más de lo estrictamente necesario para que su funcionamiento sea adecuado. Eso hace que tu nivel de satisfacción con la comida sea mucho mayor y que por lo tanto tu motivación siempre sea elevada, puesto que verás que ahora sí, tienes la capacidad de comer únicamente lo que necesitas.
Otro de los puntos a favor de la reducción de estómago es que incluye un plan de reeducación alimenticia y programas de apoyo tanto a nivel nutricional como psicológico e incluso de activación física, por lo que es ideal para recibir además ese chute de motivación del que os hemos venido hablando.
Candidato ideal para el balón gástrico en cifras y datos médicos
Es hora de que tomes cartas en el asunto. Que la fatal de motivación no se convierta en una barrera infranqueable para resolver tus problemas de salud porque ahora ¡ya sabes cómo vencerla! Te lo volvemos a repetir, amén de ser demasiado insistentes, no pasa absolutamente nada si no encuentras las fuerzas suficientes para asumir el reto que supone un proceso de gran pérdida de peso, es perfectamente normal.
Para la implantación del balón gástrico, es necesario reunir una serie de requisitos médicos que se basan en una medida muy concreta: tu IMC (Índice de Masa Corporal). Estas tres siglas nos facilitan un medidor esencial de la salud de un individuo en relación a su masa corporal, ya que nos indica la relación entre peso y altura y marca en base a unos parámetros el nivel de sobrepeso en el que se encuentra el paciente.
El balón gástrico se recomienda para pacientes cuyo IMC se sitúa entre 30 y 40 -el de una persona con normopeso se sitúa entre 18,5 y 24,9-. No obstante, si tu IMC se sitúa en un rango superior no te preocupes, porque existen otros métodos de reducción de estómago sin cirugía que están destinados a pacientes cuya pérdida de peso ha de ser superior.
Los kilos que se pierden con este tratamiento dependen de cada paciente, pero la media de pérdida de peso es de unos 23 kg en 6 meses -y de unos 30 en caso de que el tratamiento se realice en 12 meses en lugar de en 6-.

¿A qué esperas para apostar por tu salud? Puede que hayas encontrado la vía ideal para encontrar esa motivación que has perdido entre tanta dieta milagrosa. Quizá antes no lo sabías, pero ahora al menos comenzarás a cuestionártelo ¿eres el candidato ideal para el balón gástrico?