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¿Por qué envejece mi mirada?

Puede que te mires al espejo y que ya no veas tu rostro como antes. Te ves cansado, sientes que tu piel no luce tan joven como solía hacerlo y no sabes muy bien a qué puede deberse. Miras todas y cada una de tus arrugas, pero no están tan acentuadas como para hacerte lucir tan agotado…¿qué puede ser entonces?

¡Mira a tus propios ojos! Tanto estrés, el paso del tiempo, las largas horas bajo el sol de tu playa o piscina favorita han hecho que envejezcan a pasos agigantados y su aspecto no se corresponde ni con el resto de tu rostro, ni con tu espíritu joven. Pero, exactamente, ¿cómo has llegado hasta aquí? ¡Deja que te lo expliquemos! Y lo más importante: deja que te contemos cómo puedes ponerle solución.

¿Qué causa el envejecimiento de la mirada?

Existen varios factores que hacen que nuestra mirada envejezca y, para tu sorpresa, hay algunos que se escapan a tu control.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que la piel de nuestro contorno ocular es probablemente la más sensible de todo nuestro cuerpo. Esto se debe a que la dermis de esta zona tiene mucho menos grosor que en otras áreas, por ello corre mayor riesgo de verse afectada y dañada. A su finura se añade además que es la zona de nuestro cuerpo con menores niveles de colágeno y elastina por lo que la elasticidad se puede ver afectada con muchísima facilidad.

La genética es una de las causas de la aparición de bolsas en los ojos.

No ayuda tampoco a que la zona se mantenga siempre joven el hecho de que en el contorno ocular se concentran unos 22 músculos que están en continuo funcionamiento, lo que provoca que exista una mayor distensión de la piel.

A la propia naturaleza de la zona ocular, se pueden sumar las siguientes causas de envejecimiento:

  • Mala alimentación. Esto es causa principalmente de las ojeras. Las ojeras se producen cuando hay algún tipo de anomalía en el flujo sanguíneo. Debido a que la piel de la zona es muy fina, se evidencian los cúmulos de sangre excesivos en la zona. Esto se puede deber a un desequilibrio en la alimentación que esté provocando que la sangre no se oxigene adecuadamente o a falta de hierro en el organismo.
  • Pérdida de tono muscular en la zona ocular. Puede que nos parezca una tontería, pero ¡la gimnasia facial funciona! Y nos permite mantener el tono de los ojos que permite que la piel no se descuelgue y que no se acumule grasa en nuestros párpados provocando las antiestéticas bolsas.
  • Retención de líquidos. Por muy loco que nos parezca, nuestro rostro también puede acumular líquidos especialmente durante las mañanas, momento del día en el que más notamos nuestras ojeras y bolsas principalmente a causa de un mal descanso.
  • Genética. Sí: las bolsas y las ojeras, por desgracia, también pueden heredarse y lo único que puedes hacer frente a esto es ¡prevenir a tiempo o confiar en la cura que te vamos a ofrecer si continúas leyendo!

Estas son los motivos por los que tu mirada puede lucir envejecida. Ahora vamos a descubrir cuáles son las consecuencias.

¿Qué consecuencias tiene el envejecimiento de la mirada?

El envejecimiento de la zona ocular no solo tiene consecuencias a nivel estético. Como veremos a continuación tu visión también se puede ver afectada.

Pérdida de elasticidad

Como ya os hemos comentado, la pérdida de elasticidad de la zona suele ser bastante común teniendo en cuenta las particulares características del contorno ocular. No obstante, factores como prolongadas exposiciones al sol, pueden hacer que la pérdida de la elasticidad se acelere lo que se traduce en un exceso de pliegues en la piel.

Ese exceso de pliegues se produce especialmente en los párpados superiores, lo que hace que bajen demasiado y cuelguen sobre el propio ojo.

La pérdida de la elasticidad de la piel es muy común en el contorno ocular.

La pérdida de elasticidad se suele notar en torno a los 40 años, pero se puede adelantar si la piel no se ha cuidado lo suficiente.

Bolsas en los párpados inferiores

Cuando se pierde fuerza en los músculos de los ojos y estos disminuyen de volumen, comienzan a aparecer pequeños cúmulos de grasa que se almacenan bajo nuestros párpados inferiores dando lugar a enormes y antiestéticas bolsas.

Esas acumulaciones son precisamente el principal rasgo que indica que la piel de nuestro contorno ocular está envejeciendo. Son el síntoma más notorio de que no le hemos prestado la suficiente atención a ese área de nuestro rostro.

Pérdida de la visión periférica

Nuestro campo de visión se puede ver afectado por el estado de la piel de nuestro contorno ocular. La aparición de pliegues en los párpados superiores y la pérdida de tono muscular y la aparición de bolsas de grasa en los inferiores, hacen que nuestra visión periférica se vea afectada.

¿Cómo combatir el envejecimiento de tu mirada?

Si has llegado hasta aquí, es porque probablemente para ti ya sea tarde para prevenir y haya que pasar a la fase de curar. No te preocupes, la solución a una mirada envejecida es muy sencilla y sobre todo tan rápida que te va a sorprender.

Tiene un nombre pero tres formas de practicarse, dependiendo de la zona o zonas que quieras reparar. Te presentamos a la blefaroplastia.

Esta intervención consiste en la reestructuración de la zona del contorno ocular, eliminando tanto el exceso de pliegues en los párpados superiores como las bolsas en los inferiores. Con una simple incisión, podrás rejuvenecer tu mirada en menos de una hora de intervención. La blefaroplastia se puede realizar en los párpados superiores, en los inferiores o en ambos a la vez, atendiendo a las necesidades y las características particulares de cada paciente.

Lo mejor de esta cirugía es que, además de ser mínimamente invasiva, te asegura unos resultados definitivos y visibles, por lo que no tendrás que volver a preocuparte nunca jamás por el aspecto envejecido de tu mirada.

La blefaroplastia es, por tanto, la solución a ese aspecto cansado que estás harto de ver cada mañana cuando te miras al espejo, también puedes eliminar las ojeras con ácido hialurónico de forma muy sencilla, si tu caso así lo permite. Como siempre decimos, cuando ya es demasiado tarde para prevenir ¡es hora de pasar a la cura!

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