Grande, ancha, larga y hasta aguileña, así son los rasgos de los pacientes que tienen una nariz grande, algo que desgraciadamente es imposible disimular de la zona facial y que, a veces, causa muchos más complejos de los que podamos creer.
Como ya nos podemos imaginar tener una nariz grande no es ningún problema físico, ni mucho menos, pero si puede llegar a suponer un grave problema psicológico en el paciente, sobre todo, cuando no es acorde con el rostro, ni con la figura. Aceptar su tamaño y forma dependerá de cada persona, ya que como sabemos es imposible ser capaces de esconderla o modificarla de manera natural e inmediata.
Por si todo esto fuera poco, es importante añadir que la nariz es uno de los rasgos más característicos del rostro, ya que aportan una gran personalidad y son el vivo reflejo del carácter de cada persona. Todo esto hace que sea, aún, más complicado sentirse identificado en el caso de tener un tamaño que no creemos que sea el idóneo e incluso problemático a la hora de dar el paso en decidir si modificarla o no.
Aunque a muchas personas les encanta este tipo nariz, existe un porcentaje que no son felices con ella y que buscan diferentes alternativas para solucionar lo que consideran un grave problema facial.
Adiós nariz grande para siempre
Tener una nariz grande puede suponer un gran complejo, solucionarlo se encuentra en nuestras manos y tenemos dos opciones al respecto: saber convivir con ella o recurrir a la magia de la cirugía estética.
Si hemos optado por la segunda opción es hora de que conozcas el tratamiento que te puede ayudar a cumplir todos tus deseos, la rinoplastia. Esta cirugía de nariz es una de las más demandadas entre las intervenciones de tipo facial y es que, aunque no seamos conscientes de ellos, son muchas las personas que desgraciadamente no se encuentran conformes con su nariz, ya sea por su tamaño, forma o por alguna malformación o desviación que hayamos sufrido a lo largo de nuestra vida.
La rinoplastia es una de las técnicas quirúrgicas más completas que existen en el sector, nos ayuda a remodelar, redifinir e incluso a mejorar la función respiratoria en casos de desviaciones septales, algo también bastante común. Aunque existen dos tipos de técnicas, nosotros siempre solemos realizar la de tipo cerrada, trabajando desde dentro y sin incisiones visibles en la columela.
Tras la operación es necesario seguir las pautas de recomendación del cirujano, de esta manera nos recuperaremos en un menor tiempo y lo mejor de todo, seremos capaces de conseguir mejores resultados de manera natural e inmediatos.
Ahora que ya sabemos como eliminar nuestro complejo, solo necesitamos dar ese pequeño empujón y comenzar con el cambio que tanto hemos soñado.