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Consejos de alimentación tras una intervención de manga gástrica

Dieta manga gástrica | Clínicas Diego de León

De todos los tratamientos destinados a conseguir una pérdida de peso y grasa corporal, la manga gástrica (también conocida como gastrectomía tubular) es uno de los más completos y definitivos. Sin embargo, también cuenta con una serie de características propias que es preciso conocer, como por ejemplo su procedimiento, sus cuidados o el cambio de alimentación tras el procedimiento.

¿En qué consiste esta intervención?

Podríamos definir la manga gástrica como una técnica por la que se disminuye el volumen del estómago de forma permanente hasta en un 80%. Los pacientes, por tanto, disfrutarán de un estómago más pequeño en forma de “manga”, pudiendo quedar satisfecho con menor cantidad de comida y, además, sintiendo menos apetito.

Como bien afirma la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad Mórbida y de las Enfermedades Metabólicas (SECO), las intervenciones de esta clase están consideradas como cirugías mayores, pero sus riesgos son, a día de hoy, muchísimo menores que los de padecer la enfermedad de obesidad sin tratar.

Según las recomendaciones de SECO, este tratamiento estará totalmente indicado para aquellos candidatos que tengan un Índice de Masa Corporal superior a 40, o superior a 35 con comorbilidades mayores asociadas.

Ventajas

Una de las grandes ventajas de este tratamiento es que pese a ser una cirugía mayor, su recuperación es realmente rápida. Eso sí, el paciente deberá guardar unas recomendaciones posteriores para asegurarse los mejores resultados.

Uno de los principales puntos que hay que vigilar será la nutrición posterior. Desde nuestras clínicas somos conscientes de su importancia, por lo que a todos nuestros pacientes les elaboramos un plan nutricional de 24 meses de duración y totalmente vigilado por un especialista.

De esta manera, la alimentación ha de ser un proceso gradual y progresivo, comenzando por una dieta líquida que se ajuste de una manera completa al volumen del estómago.

Posteriormente será momento de iniciar una fase de dieta blanda, observando cuál es la respuesta del paciente. Los principales alimentos suelen ser purés, cremas, yogures, papillas de frutas o verduras.

Además, de una manera totalmente paulatina, los pacientes podrán ir añadiendo alimentos sólidos a su alimentación, alcanzando una dieta normal pasadas unas cuatro o cinco semanas. Se trata de un plazo no fijo, ya que debe el progreso debe ser evaluado por los especialistas que forman nuestro equipo. En las Clínicas Diego de León creemos que la adquisición de hábitos saludables durante estas primeras etapas tras la cirugía es fundamental a la hora de alcanzar las metas deseadas.

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