Desde los años anteriores, nuestro país ha incrementado una gran demanda de intervenciones en cirugía estética íntima femenina. La necesidad de sentirnos jóvenes, bellas y perfectas ha traspasado barreras, convirtiéndose cada vez más importante esta zona no tan visible de nuestro cuerpo. Y aunque todavía sigue siendo un tema tabú y provoca reticencia entre las mujeres, cada vez son más las que hartas de molestias y dificultades se decantan por esta cirugía para mejorar sus problemas.
En 2018 se llegaron a practicar en España un total de 965 intervenciones de cirugía genital, lo que significa un 1,5% del total de las Cirugía Estéticas del país. Aunque son datos todavía insignificantes también eran inimaginables hasta el momento, números que en la actualidad han quedado muy atrás. Pero, ¿en qué consiste realmente una cirugía íntima?
Cuando hablamos de cirugía íntima o genital nos estamos refiriendo al conjunto de intervenciones, tanto estéticas como reparadoras, que nos ayudan a mejorar la zona genital de la mujer. El paso de los años, los embarazos e incluso la genética son algunas de las principales causas de esta hipertrofia más común de lo que parece.
Entre los tipos de cirugía más comunes encontramos la reconstrucción del himen, el estrechamiento del canal vaginal o la modificación de los labios de la vagina, tanto para mejorar el día a día personal como en las relaciones sexuales.
Vaginoplastia vs Labioplastia, ¿en qué se diferencian?
Aunque ambos tratamientos son los más demandados dentro de la cirugía íntima, son muy pocas las cosas que tienen en común. Analizarlos nos ayudara a conocerlos con mayor profundidad y saber distinguir cuál es el ideal frente a mis necesidades.
Su principal diferencia radica en su naturaleza, la vaginoplastia es un procedimiento totalmente reconstructivo que busca estrechar el canal vaginal devolviendo a los músculos esa tonicidad que ha perdido con el paso de los años o durante los partos. Mientras que la labioplastia es una cirugía completamente estética donde el objetivo es rejuvenecer y embellecer la zona genital, alterando el tamaño y la forma tanto de los labios mayores o menores.
En relación a la técnica, la labioplastia es considera una cirugía menor que solo trabaja los componentes externos de la vagina, por lo que solo se mejorará el aspecto visual de la zona, de ahí que se haya convertido en la cirugía íntima más demandada por las pacientes. En cuanto a la vaginoplastia es una cirugía interna y algo más compleja, reconstruye por completo las paredes vaginales y consigue recuperar esa sensibilidad perdida y devolver la seguridad a la mujer.
Teniendo en cuenta esto, llegamos a otra de las principales diferencias y es que gracias a la vaginoplastia se consigue mejorar y aumentar la satisfacción durante las relaciones sexuales, algo que es muy probable que se hubiera perdido por este problema interno.
Paciente ideal de cirugía íntima
Actualmente no existe un patrón común entre las mujeres que demandan este tipo de cirugías, si es cierto que las edades suelen estar comprendidas entre los 20 y los 50 años y que existen muchas diferencias entre aquellas que buscan un retoque estético o es por una mera cuestión de necesidad física.
Lo normal es que las pacientes más jóvenes sean aquellas que demanden unos labios más simétricos o una leve reducción para no tener ningún tipo de molestia a la hora de elegir vestimenta, practicar deporte o mantener relaciones sexuales. Frente a las mujeres que quieren corregir posibles problemas de incontinencia urinaria o incluso prolapso vaginal.
En cualquier caso y aunque algunas cirugías tengan un componente más físico, todas las intervenciones son puramente estéticas y buscan mejorar el aspecto de esta zona tan íntima y delicada entre la mujer.