Imagínate entrando en tu cocina. Hoy no sabes muy bien qué merendar. Miras en tus estantes, rebuscas entre todos los alimentos que se apilan en ellos y de repente…escuchas una música celestial y ves brillar algo al fondo. Estiras la mano y con ella agarras eso que te deslumbre ¡un azucarero enorme! Agarras una cucharilla, la hundes en los granos blancos y te la llevas a la boca. Repites el proceso una y otra vez… ¡hasta 12! Y cuando estás como una moto y sientes que tu sangre se está convirtiendo en caramelo, te preguntas qué diablos acabas de hacer. Claro que, cuando descubres que eso es lo que haces cada vez que te tomas una Coca Cola, no te parece algo tan grave, pero sí, lo es.
Estás bombardeando a tu organismo con granadas envueltas en una preciosa lata roja que dicen que da felicidad. Estás consumiendo 12 cucharadas de azúcar con tan solo 33 centilitros de líquido.
La industria de las bebidas gaseosas está sufriendo un duro revés al igual que ocurrió con la tabacalera hace ya una década. Los nocivos efectos que los refrescos tienen para nuestra salud parecen más que evidentes, sin embargo se ha desvelado que las grandes marcas han pagado para que se publiquen estudios supuestamente científicos en los que se las desvinculaba de problemas de salud como la obesidad y la diabetes.
Cuando se habla de algo tan serio como la salud, los intereses ajenos al propio bienestar de las personas deberían quedar al margen. Cuando los beneficios económicos priman por encima de los valores morales, no estamos planteando un dilema sobre conceptos elevados como el bien y el mal, estamos directamente ante un atentado contra la salud pública.
Sin embargo, que esta polémica se quede simplemente en los titulares que se han generado por el escándalo mediático que ha supuesto este descubrimiento, no depende tanto del dinero que vuelvan a invertir estos gigantes en hacer que se nos olvide con anuncios emotivos, sino de informarnos de cuál es realmente el terrible impacto que causan en nuestro organismo.
El consumo de este tipo de bebidas está ligado además a dietas malsanas. Seguir una dieta equilibrada puede parecernos una tarea hercúlea en un principio, pero empezar por eliminar este tipo de productos puede ser el primer paso y te entrarán unas ganas terribles cuando descubras el mal que te están haciendo.
Principales problemas de salud derivados del consumo de bebidas carbonatadas
Al margen de los estudios sufragados por estas empresas, se han realizado otros que demuestran los verdaderos efectos de las bebidas carbonatadas y los resultados que han salido a la luz son descorazonadores: al año se producen 178.000 fallecimientos a causa del consumo de refrescos, 133.000 por aparición de diabetes y 45.000 por problemas cardiovasculares.
Problemas a corto plazo
La fórmula mágica de la Coca Cola que siempre nos han querido vender podría haber sido el veneno de sobremesa de Los Borgia. El azúcar es uno más de los nocivos componentes de esta bebida, pero son otros tantos los que la hacen altamente tóxica, empezando por la propia cafeína que hace que nos volvamos adictos a ella.
Otro de los efectos psicológicos de este tipo de bebidas, es que favorece la producción de dopamina, la hormona encargada de dirigir el centro de placer del cerebro, lo que hace que cada vez que la consumimos sintamos una sensación placentera que nos hace olvidar los procesos dañinos que se están produciendo en nuestro organismo.
En lo que se refiere a lo físico, los gases nos producen hinchazón en el estómago y a causa de ese motivo el proceso de digestión no se realiza de la forma adecuada. Además, el ácido fosfórico, otro de los ingredientes, acelera el metabolismo impidiendo que elementos químicos vitales como el calcio se queden en nuestro cuerpo.
Problemas a largo plazo
El problema de las bebidas carbonatadas es que aportan azúcares de rápida absorción, por lo que producen un pico de insulina cada vez que se consumen. Si la ingesta se prolonga durante mucho tiempo, cosa bastante probable debido a que estas bebidas contienen además sustancias adictivas, el organismo puede acabar desarrollando resistencia a la insulina, lo que deriva en diabetes.
Por otro lado, ese azúcar es convertido directamente en grasa por nuestro hígado y esto revierte en problemas de obesidad y sobrepeso.
Yendo mucho más lejos, la Coca Cola puede llegar incluso a producir cáncer, especialmente la de tipo ‘light’ o ‘zero’. Este se debe a que para suplir la falta de azúcar, emplean un edulcorante conocido como aspartamo del cual muchos estudios han asegurado que es un agente cancerígeno.
Las grandes empresas podrán comprar estudios, pero informarte y conocer cuáles son los verdaderos efectos de sus productos sólo depende de ti. Manipular cuando se carece de información es sencillo, sin embargo ahora que conoces cómo un producto de consumo diario puede envenenar tu organismo, la decisión está en tus manos.