Dar el paso para operarse el pecho es algo importante y que suele costar puesto que la cirugía estética aún sigue asustándonos pese a que cada vez está más normalizada. Te lo piensas, pides cita para conocer a un cirujano que resuelve todas tus dudas y te tranquiliza, vuelves a casa y lo vuelves a pensar. Le das una vuelta, otra y otra más. Aún no estás del todo decidida, pero esos testimonios de otras mujeres que como tú estuvieron dudando y finalmente lo hicieron y hoy dicen que fue la mejor decisión de sus vidas te ayudan a tomar la decisión. Vuelves a hablar con tu cirujano y por fin ¡tus deseos se hacen realidad!
Pero…¡oh, oh! Nuevas dudas aparecen en el horizonte, puesto que aún no sabes qué tipo de prótesis son las más adecuadas para ti y, sobre todo, cuáles van a ser las que van a dar con tu resultado deseado sin perjudicar a tu salud ni contradecir las indicaciones del cirujano. Si estás en este punto de tu intervención, permanece muy atenta porque estás en el lugar ideal para resolver tus dudas.
A la hora de decidir cómo vamos a aumentar nuestro pecho, hay que tener en cuenta tres aspectos principales: el tipo de prótesis -anatómica o redonda-, el ancho de la prótesis o la relación del tamaño con el contorno de la paciente y la proyección de los senos -baja, baja-media, media, alta y extra alta-.
Cuál es el mejor implante de pecho para mí
Como ya sabéis, existen dos tipo de prótesis de pecho, anatómica y redonda, y cada una de ellas nos aporta un resultado muy distinto. Mientras que la primera facilita resultados más naturales, la redonda hace que el aspecto de los pechos sea mucho más exuberante pero también más artificial.
No obstante, hay dos criterios básicos para que las pacientes se decanten por una u otra, teniendo siempre en cuenta claro está el criterio del cirujano:
- Forma del pecho. Dependiendo de esto, se recomienda una u otra opción. Cuando el pecho tiene forma armónica y más volumen por la parte inferior se suele optar por la redonda, mientras que cuando el pecho tiene un aspecto plano y uniforme se opta por la anatómica.
- Aspiraciones de la paciente. La mayoría de nuestras pacientes acuden a nuestras clínicas buscando resultados naturales que sean perceptibles pero no exagerados, mientras que otro porcentaje prefiere un escote mucho más pronunciado sacrificando de este modo el aspecto no artificial que proporcionan las prótesis anatómicas.
En cuanto a medidas y por si con los números os queda más claro cuál de las dos prótesis sería la más adecuada para vosotras, tenéis que tener en cuenta vuestro diámetro torácico y el mamario. El torácico se obtiene pasando la cinta métrica por debajo de los senos y para el mamario justo por encima de los pezones. Una vez que tenemos las dos cifras, hemos de fijarnos en si la diferencia entre ambos es mayor a 6 cm, en cuyo caso deberíamos decantarnos por una prótesis anatómica.
No obstante, las pacientes han de tener siempre en cuenta además de sus expectativas, insistimos, las recomendaciones del cirujano puesto que es él el que tiene la clave y los conocimientos necesarios para colocar unos implantes que se adapten perfectamente a nuestra fisionomía.
El volumen de implantes más adecuado a mi cuerpo
Ahora llega la parte más complicada: elegir el tamaño de la prótesis. Una vez que junto al cirujano hemos pactado cuál queremos que sea el resultado estético de nuestra intervención en cuanto a forma, pasamos a la elección de volumen que suele ser lo más problemático puesto que las expectativas de las pacientes pueden diferir de las recomendaciones del cirujano.
Nuestro cirujano estético tiene en cuenta los siguientes parámetros a la hora de recomendarnos un tamaño de prótesis:
- Evitar la sinmastia. Es decir, que las prótesis no sean tan grandes que en estado natural lleguen a rozarse por el tamaño de las mismas.
- No permitir que el tamaño excesivo de las prótesis hagan que el aspecto de los senos sea irregular debido a que rebasan por los laterales.
En muchas ocasiones las peticiones de volumen de las pacientes son irrealizables teniendo en cuenta los dos puntos que acabamos de mencionar y tienen que tener en cuenta que, un exceso de tamaño de los implantes en un aumento de pecho puede tener las siguientes consecuencias:
- Demasiado estiramiento en la piel que hace que esta envejezca más deprisa y que se vuelva mucho más frágil y delicada debido a que puede perder mucho grosor.
- Presión excesiva sobre el tejido mamario natural, lo que puede interferir en el proceso de lactancia o atrofia.
- Más posibilidades de que los pechos se caigan debido al peso excesivo que soporta la piel de la zona.
- Pérdida de sensibilidad de los senos.
Es necesario, por tanto, que las pacientes sigan las recomendaciones del doctor y comenten con él qué complicaciones podrían resultar de unas expectativas irreales que, por su salud, en ningún caso deberían hacerse realidad.
La proyección de los senos: clave para el éxito de la cirugía
La proyección es a fin de cuentas, la medida más perceptible del pecho, puesto que hace referencia al grado en el que el seno sobresale del tórax. Existen cinco tipos de proyecciones distintas: baja, baja-media, media, alta y extra alta.
La elección de uno u otro perfil depende, como siempre, de los anhelos de la paciente orientados también por el cirujano. Cuando nos enfrentamos a la decisión de elegir una proyección tenemos que tener en cuenta:
- Cuanto menos pecho tengamos, más proyección necesitaremos. Tenemos que tener en cuenta que la prótesis suma tamaño a nuestro pecho, nunca lo sustituye, por lo que si ponemos una proyección alta en un pecho grande el resultado será antinatural y se podrán producir problemas similares a los que se desencadenarían de una mala elección de volumen de prótesis.
- A menor proyección, resultados más naturales. Pese a que la proyección baja se suele descartar porque los resultados que aporta son prácticamente imperceptibles, las pacientes tienen que tener en cuenta que un perfil medio o medio-bajo suele ser lo recomendado.
Para evitar problemas en cualquier toma de decisiones, lo que se hace en las consultas de cirugía estética, es realizar un simulacro de cuál será el resultado de la cirugía. Para ello se emplean tanto recreaciones en 3D del antes y el después de las pacientes como pruebas con prótesis de silicona especialmente diseñadas para mostrar resultados previas superponiéndolas a los senos.
Al hacer pruebas aseguramos que los resultados van a ser satisfactorios para la paciente dentro de las recomendaciones médicas del cirujano, por lo que se parte sobre una base sólida en la que se puede fundamentar un proceso en el que nos vamos a sentir completamente seguras y del que vamos a salir más que contentas y satisfechas.
Tener una comunicación fluida con nuestro cirujano es esencial en el proceso puesto que en sus manos vas a encomendar uno de tus deseos, pero también muchos de tus miedos que poco a poco se irán disolviendo cuando descubras que la cirugía podrá ayudarte a solucionar muchos de esos complejos que te impiden afrontar tu día a día dando el cien por cien de ti.