Si hay algo que aprendemos con el paso de los años es la importancia de cuidar nuestra piel. Cuando somos jóvenes no somos conscientes de lo vital que es hidratar y nutrir nuestro organismo, o si no acuérdate de las miles de veces que hemos llegado a casa y por pereza o por olvido no hemos sido capaces ni de desmaquillarnos. La pregunta es ¿ahora harías eso? Estamos seguros de que no.
Y es que claro nuestro ritual de belleza se ha convertido en una acción más de nuestras tareas cotidianas. Disimular las ojeras, eliminar los pequeños puntos negros que van apareciendo en el rostro, las marcas del acné y todo esto sin olvidarnos de las manchas que aparecen por nuestra exposición al Sol. ¡¡No ganamos para tantos potingues!! Aunque intentemos solucionar todos estos problemas de manera diaria, a veces no es suficiente y tenemos que recurrir a otro tipo de técnicas como el peeling.
Pero, ¿En qué consiste el Peeling Químico?
Estimular la renovación celular cutánea es fundamental para nuestra piel y el tratamiento perfecto para esto es, sin duda alguna, el Peeling Químico. Este método provoca una exfoliación suave y superficial en la piel que nos ayuda, desde el primer minuto, a mejorar las células del rostro y eliminar aquellas que se encuentren dañadas o incluso estén muertas.
Esta renovación que se logra en nuestra piel provocará un efecto tensor y de brillo en el rostro, sin olvidar que mejorará la apariencia tanto en tono, color, textura, así como la eliminación de esos poros que se encuentran dilatados, esas manchas que han estado con nosotros durante años, las primeras líneas de expresión que están pronunciadas y, por supuesto, las marcas que la adolescencia y el acné nos dejo tatuadas en el rostro. Y todo esto en tan solo 15 minutos.
Durante este tiempo se aplicará el ácido salicílico o glicólico por la frente, mejillas, mentón y nariz, todo de una manera rápida, homogénea y uniforme, consiguiendo así el mejor resultado en el menor tiempo posible.
El candidato perfecto puedes ser tú
El paciente ideal para realizarse este tipo de tratamientos es aquel que padece problemas de acné y quiere frenar ese brote en su piel, así como, aquellos que tienen algún tipo de imperfección en el rostro y buscan eliminarlo para siempre.
Es importa conocer que existen varios tipos de acné, desde el estado más leve que se caracteriza por ser unos pequeños bultitos de color rosado hasta el más grave donde se produce una lesión nodular y dolorosa en la piel. Sea cual sea el grado en el que nos encontremos podremos frenarlo y eliminarlo con el peeling químico.
Una vez finalizado el tratamiento, el paciente podrá ir viendo como se regenera la zona tratada y como se elimina por completo esas marcas de acné. Eso sí y avisamos para que nadie se asuste, lo más normal es que durante los siguientes 2-3 días a la realización de esta técnica, nuestra piel se encuentre en un proceso de descamación, por lo que iremos observando que nos pelamos y que necesita estar hidrata más de lo normal. Esto se debe, principalmente, a la expulsión de esas células muertas del rostro.
Aún así, nuestro equipo médico siempre realizará un estudio previo de la piel del paciente para evaluar su situación y tomar la mejor decisión para él.
¿Cuándo puedo hacerme el tratamiento?
Como en casi la mayoría de los tratamientos de medicina y cirugía estética existen meses en los que se aconseja más realizarse este tipo de técnicas, sobre todo si se necesitan una serie de cuidados específicos y se debe evitar esa exposición solar continua.
En el caso del peeling químico se aconseja por prescripción médico que se realiza en los meses más fríos del año, donde la luz solar es menor y los rayos ultravioletas dañan menos el rostro. Por lo tanto, si estáis pensando en realizaros este tipo de tratamiento tenéis que tener en cuenta que desde otoño hasta abril es la mejor temporada para conseguir esa piel perfecta.
Adiós imperfecciones, un resultado 10
Como hemos comentado anteriormente los resultados son prácticamente inmediatos, desde el primer momento podremos observar una textura más juvenil y uniforme. Dependiendo de las necesidades del paciente se realizará con mayor o menor profundidad y, por lo tanto, los resultados serán diferentes, así como el tiempo de recuperación.
Intensidad suave para una mejora inicial
Si lo que buscamos es mejorar la textura de la piel y el tono con realizar un peeling químico suave será más que necesario. De esta manera se consigue un resultado muy sutil y discreto, disminuyendo las arrugas más superficiales y las más finas e imperceptibles.
Una vez finalizado el tratamiento se recomienda evitar la exposición solar hasta que aparezca la nueva capa de piel por completo en las zonas concretas donde se ha tratado.
Ante una situación intermedia utilizaremos un peeling químico medio
Para aquellos que busquen unos resultados más notables y mejorar un pelín más el tono y textura de la piel será necesario una intensidad media. En este caso, el paciente deberá guardar un mayor reposo y estar alrededor de uno o dos meses sin esa exposición solar constante.
A todo esto tenemos que añadir el aumento de los cuidados, ya que, la zona tratada necesitará una mayor hidratación constante.
Máxima potencia con una exfoliación profunda
Los casos de marcas de acné extremas como pueden ser brotes continuos y cicatrices derivadas de este proceso necesitarán una mayor potencia a la hora de realizar el peeling químico. Las mejoras son más visibles en el rostro pero también aumenta con creces el tiempo de recuperación, sobre todo si nos exponemos al sol, ya que podrán producirse cambios de color en la piel.
Es importante destacar que aunque los resultados son inmediatos no son totalmente definitivos y puede ocurrir que con el paso de los años nuestra piel vuelva a necesitar alguna dosis extra para volver a tratar esas zonas que puedan ir dañándose por el paso normal del tiempo, la contaminación o el Sol.