La mastopexia es uno de los tipos de cirugía estética más demandados en nuestro país. El vocablo está formado por dos palabras griegas: mastos (mama) y pexia (colocar) y se define como la intervención destinada a remodelar y elevar los pechos.
En líneas generales la operación consiste en realizar un ‘lifting’ en los senos, con el que se consigue además de eliminar la piel excedente de los mismos que puede haber resultado de procesos como el adelgazamiento o el embarazo, endurecer los tejidos del área resultando en una elevación de las mamas.
La mastopexia se suele combinar con la intervención de aumento de pecho, consiguiendo de este modo resultados más notorios que sometiéndose simplemente a la elevación.
La historia de la mastopexia
Las primeras correcciones de busto comenzaron a practicarse a finales del siglo XIX. Por aquel entonces las técnicas eran muy rudimentarias y prácticamente se empleaba un ‘sistema de poleas’ para mantener los pechos en suspensión.
Posteriormente, el tratamiento evolucionó hasta la elevación mediante la realización de suturas en distintas áreas de los pectorales hasta finalmente, tras varios estudios, derivar en la técnica actual de eliminación de piel excedente y recolocación de las mamas.
Motivos por los que se pueden caer los pechos
Son varios los factores que pueden afectar a la firmeza de nuestros senos. Inevitablemente, la edad y el proceso de embarazo son dos de ellos, pero hay otros menos conocidos que pueden afectar por igual a todas las mujeres y que en muchas ocasiones, se podrían evitar.
Utilizar un sujetador no adecuado para nuestra anatomía
Los tejidos de los sostenes están pensados para poder adaptarse a la perfección al cuerpo de la mujer, sin embargo muchas veces desconocemos qué talla es la más adecuada para nosotras o el más difícil todavía: el tamaño de copa que nos corresponde. Tan sólo 3 de cada 10 españolas llevan la talla de sujetador que realmente les corresponde, el resto de mujeres ni siquiera saben cómo calcularla.
Llevar un sujetador que no se corresponde con nuestra anatomía puede desembocar en la aparición de flacidez en los pechos. Lo ideal es que esta prenda ajuste sin oprimir, que el tirante de la espalda no quede por encima de la línea del bajo pecho (el error más común de hecho es este), que los tirantes de los hombros no estén tan ajustados como para dejar marcas y que el aro del sujetador repose sobre el tórax recto, sin quedar elevado por encima de la base de los senos.
Fumar
El tabaco provoca pérdida de colágeno en nuestro cuerpo, lo que se traduce en falta de elasticidad en los tejidos.
Fumar además hace que la circulación sanguínea se ralentice lo que desgasta la piel y hace que las marcas del paso del tiempo se hagan notorias de forma precoz.
Cambios de peso repetidos
Grandes varianzas de cantidad de grasa en nuestro cuerpo provocan que la piel se dé de sí. Estas fluctuaciones afectan especialmente a zonas como los pechos, cuyo máximo componente es precisamente la grasa.
Una dieta desequilibrada provoca oscilaciones graves en nuestro peso, lo que desemboca en continuas tensiones y relajaciones en nuestra zona pectoral dando lugar a la caída de los senos.
A la dieta se suma también la realización de ejercicio, puesto que este factor es una de las claves para mantener un pecho turgente. Hemos de tener cuidado con la postura de nuestro tórax cuando practicamos deporte y también hay que ir más allá: incluso cuando estamos sentadas tenemos que tener en cuenta que una mala posición puede tener consecuencias fatales para nuestros senos.
El sol también es enemigo de nuestros pechos
Nunca son suficientes las advertencias que puedan darnos con respecto al sol. Claro que ahora que llega el buen tiempo lo que más apetece es tumbarse al sol como una lagartija, pero tenemos que tener en cuenta que igual que el sol puede ser un gran aliado, también puede ser el peor de los enemigos.
Precisamente el escote es una de las zonas, junto al rostro y las manos, que más recibe el impacto del sol. Los rayos UV impactan en esta área provocando quemaduras y arrugas que hacen que se adquiera un aspecto envejecido. Inevitablemente, ese envejecimiento también repercute en la regeneración de colágeno y ya nos ha quedado claro lo que la falta de esta sustancia provoca en nuestro cuerpo.
La paciente ideal para un lifting de pechos
Las mujeres que suelen someterse a un lifting de senos, son principalmente dos: aquellas que han sufrido una caída de pecho por fluctuaciones grandes de peso o las que la han experimentado después de la maternidad.
Según la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética), la candidata ideal para esta intervención ha de cumplir los siguientes requisitos:
- Ser mayor de 18 años o contar con una autorización paterna para la realización de la intervención.
- Pacientes física y emocionalmente estables.
- No estar embarazada en el momento en el que se va a someter a la intervención ni en periodo de lactancia. Cabe destacar que si la intervención se realiza y al tiempo la mujer se queda embarazada, no había ningún problema en amamantar al bebé, lo que no se recomienda es operarse en el justo momento en el que se está pasando por el periodo de lactancia.
- No tener previsto someterse a un tratamiento para una pérdida de peso brusca.
Procedimiento y metodología de una mastopexia
En esta intervención quirúrgica tan sólo se toca la parte más externa del pecho, es decir que las glándulas mamarias y el músculo quedan al margen del bisturí.
Esta operación se puede realizar con tres tipos de técnicas y es el doctor el que decide cuál de ellas es la que mejor se adapta a cada paciente, dependiendo de su ptosis (nivel de caída del pecho). Cuanto más flácidos estén los senos, mayor ha de ser la incisión aunque esto no repercute en el tamaño de la cicatriz, puesto que en todos los casos esta es prácticamente imperceptible.
- Periaerolar o de ‘donut’. La cicatriz se localiza únicamente alrededor de la areola. Este tipo de cicatrices son las que menos se notan, sin embargo estas incisiones están pensadas para casos en los que no es precisa una elevación excesiva. En caso de que se empleen para casos más extremos, la cicatriz acabará dándose de sí y además los resultados serán menos duraderos.
- Vertical o ‘lollipop’. A la incisión que se practica en la areola, se suma una vertical que va desde la base de la misma hasta la curvatura inferior del pecho. Ocurre lo mismo con la de periaerolar: está indicada para pequeñas remodelaciones, en caso de que el caso fuera más grave, los resultados perdurarían menos en el tiempo.
- T invertida o ‘ancla’. Este tipo de incisión se realiza cuando la ptosis es muy pronunciada. En este caso al corte de areola y vertical, se añade uno al nivel de la base de la mama.
La intervención en sí es realmente sencilla. Para empezar el doctor procede a marcar la zona en la que se va a realizar la intervención, indicando en qué punto van a quedar las mamas y dónde se va a practicar el corte. Una vez realizada la incisión más acorde a cada caso, se pasa a extraer toda la piel sobrante de la zona, para después recolocar la mama en su lugar y por último suturar el área.
Se realiza con anestesia local y sedación y el tiempo quirúrgico varía en función del tipo de incisión entre las 2 horas y media y las 5. La intervención no requiere hospitalización, por lo que la paciente podrá regresar a su casa el mismo día en el que se practique.
Postoperatorio y posibles complicaciones en una mastopexia
Tras esta intervención el tiempo de recuperación no suele rebasar las 24-48 horas. Las molestias no son demasiado excesivas y desaparecen con medicación prescrita por el cirujano.
Las pacientes tendrán que llevar un vendaje para la sujeción del pecho tras la operación, pero éste será retirado al cabo de unos pocos días, los que el doctor considere oportunos. Después, las vendas se sustituyen por un sujetador especial o banda que tendrá que llevarse de nuevo hasta que el especialista indique.
Los puntos de sutura se retiran como máximo 14 días después de la intervención. La hinchazón de la zona, por el contrario no desaparece hasta las 3 ó 4 semanas.
En cuanto a las complicaciones que pueden surgir de una mastopexia, no hay ninguna especialmente destacable. Esta cirugía no es de riesgo, pero sí que es cierto que como todas puede tener sus inconvenientes.
- Complicaciones generales que se pueden producir en cualquier tipo de cirugía como sangrado, infección y efectos secundarios de la anestesia en caso de que el análisis previo por parte del especialista no se haya realizado de forma correcta.
- Pérdida de sensibilidad en la zona del pezón durante las primeras semanas.
- Necrosis del pezón: puede sanarse espontáneamente cuando el área afectada es pequeña o puede derivar en un problema más grave y acabar requiriendo una reconstrucción de esa zona en concreto.
- Acumulación de líquido seroso cuando el drenaje del área intervenida no se ha realizado correctamente.
Es importante que durante el periodo de recuperación completa, la paciente acuda a revisiones periódicas con su doctor y que la relación que se establezca con él sea de completa confianza para poder comunicarle cualquier complicación que pueda surgir durante el proceso.
Beneficios psicológicos de la elevación de pecho
Los cánones estéticos actuales provocan la aparición de complejos tanto en hombres como en mujeres que influyen en el desarrollo de su día a día, ya que derivan en graves falta de autoestima y confianza en uno mismo.
En el caso de las mujeres uno de los mayores traumas que sufren con respecto a su cuerpo es no tener un pecho bonito. Respecto a este asunto la mastopexia se alza como una de las mejores soluciones. Gracias a esta intervención las pacientes mejoran su satisfacción personal, su bienestar psicológico y su estado psicosexual y físico.
La mastopexia también es cosa de famosas
En muchas ocasiones la mastopexia se ha venido considerando como la “hermana pequeña” de las intervenciones para el aumento de pecho, sin embargo, desde que las ‘celebs’ se han unido a la moda de la reconstrucción y la elevación de las mamas, esta operación se está haciendo cada vez más popular.
El motivo por el que las famosas se suelen someter más a esta intervención es la recuperación de la figura tras el embarazo, tema al que ya dedicamos un post completo.
Entre las famosas que se han sometido a esta intervención, encontramos a Angelina Jolie, Catherine Zeta Jones, Nicole Kidman, Kim Kardashian y hasta la mismísima ¡ISABEL PANTOJA!
El futuro de la cirugía de elevamiento de pecho
Los avances en cirugía estética no dejan de sucederse y en el caso de la cirugía de pecho, una de las más demandadas lógicamente no iba a ser menos.
Están apareciendo nuevas técnicas para realizar levantamientos de pecho pero, quizás, la más interesante de todas ellas sea el sujetador interno.
Este método consiste en implantar subcutáneamente una tira de silicona y dos ganchos para conseguir mantener sujeto y en alto los músculos de los pechos. De este modo, este sistema funcionaría como una especie de ‘hamaca’ que impediría que la gravedad hiciera de las suyas en nuestra zona pectoral.
La cirugía de reacomodación de mama siempre ha estado a la sombra de la de aumento de pecho y esto se debe en gran medida a que no es tan conocida. Sin embargo, ambas intervenciones, aunque afectan a la misma zona, no procuran los mismos resultados.
Es muy importante que acudamos a un especialista para que sea él el que determine qué tipo de cirugía es la más adecuada para nuestro caso y qué forma de intervención es la que más se adapta a nuestro nivel de caída de seno.
La mastopexia tiene que dejar de ser la gran desconocida de las cirugías de senos. Como se ha podido comprobar, es un proceso mucho más natural que el aumento de pecho, ya que la ecuación sólo contiene elementos que contiene nuestro propio cuerpo. Y si Angelina Jolie, Kim Kardashian y hasta la Pantoja se han decidido por ella, ¡es que algo bueno tiene! Así que piérdele el miedo a despedirte de tus complejos.