Sabías que actualmente el 13% de la población mundial padece algún tipo de problema de peso, igual este porcentaje no te parece demasiado pero si te dijéramos que son más de 640 millones de personas las que sufren obesidad y sobrepeso, ¿qué pensarías? Qué nos hemos vuelto locos, ¿verdad?
Pues sentimos decirte que no, éstas son las cifras que se han obtenido en el último estudio realizado por la revista científica The Lancet, unas cifras basadas totalmente en la realidad, una realidad que como vemos está destruyendo cada vez a más personas por todo el mundo.
Además si nos centramos en el caso de España no os creáis que es mucho mejor, en los últimos años se ha tendido a un aumento del número de personas que padecen esta enfermedad, convirtiéndose así en el segundo país de Europa con más casos de obesidad y sobrepeso, únicamente desbancado por Reino Unido. Parece que atrás quedaron los buenos hábitos saludables de nuestra amada dieta mediterránea.
Es tal la preocupación que existe actualmente que la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad Mórbida y de las Enfermedades Metabólicas (SECO) ya se ha encargado de asegurar que este nuevo estilo de vida sedentaria se está traduciendo en un incremento atroz de los ataques del corazón, enfermedades del hígado, diabetes e incluso cánceres. Todo esto en un país dónde hay más de 5.000 pacientes esperando a someterse a una operación de reducción de estómago.
Campañas como las que ya han comenzado a realizarse, ante el Día Mundial Contra la Obesidad del próximo 12 de noviembre, son fundamentales para frenar este problema y conseguir concienciar a los políticos y líderes mundiales de la importancia de aumentar los programas estatales contra esta enfermedad, la enfermedad del siglo XXI.
Después de todos estos datos es el momento de preguntarnos, ¿tenemos claro si sufrimos o no sobrepeso u obesidad?
¿Cómo saber si tengo obesidad?
Seguro que muchos de vosotros estaréis pensado que con un simple vistazo al espejo o a nuestro propio armario podemos determinar si sufrimos o no esta enfermedad y, aunque no vamos del todo desencaminados, esa no es la opción más exacta para conocer nuestro estado general de salud. Existen muchos tipos de sobrepesos y obesidad y puesto que todos no son iguales, no debes de tratarse de la misma manera.
La mejor forma de conocer si padezco sobrepeso u obesidad es conociendo nuestro Índice de Masa Corporal y para ello es necesario conocer dos datos que nos acompañan a lo largo de nuestra vida, la estatura y el peso.
El IMC, un cálculo sencillo
Conocer nuestro IMC es algo verdaderamente sencillo, solo necesitamos realizar una simple fórmula entre tu peso (kg)/ altura (cm2). De esta manera, conoceremos de primera mano si sufrimos algún tipo de obesidad o si por el contrario nos encontramos en una situación de malnutrición. Según la Organización Mundial de la Salud los datos estipulados indican que las personas que tienen un IMC de:
- Menos de 18,5 está por debajo de lo normal y tienen un peso insuficiente.
- Entre 18,5 y 24,9 peso normal y saludable.
- Entre 25 y 29,9 nos encontramos en situación de sobrepeso.
- Entre 30 y 39,99 estamos en situación de obesidad.
- De 40 en adelante, indica obesidad tipo 3 conocida como obesidad mórbida o extrema.
¿Qué puedo hacer para combatir la obesidad?
Tan importante es conocer este dato como verificarlo con un equipo de profesionales médicos que puedan hacer un diagnóstico más personalizado de nuestro caso. Como hemos comentado anteriormente según en que situación nos encontremos necesitaremos un tipo de tratamiento u otro para poner frenar y poner fin a la obesidad.
Nosotros nos hemos sentado con nuestro equipo especial de nutrición para que así ellos puedan darnos las indicaciones exactas y poder comenzar así con el tratamiento que más se adapte a nuestras necesidades.
Tratamientos contra el sobrepeso y la obesidad
Actualmente existen muchas técnicas que pueden ayudarnos a poner fin a nuestro problema con el sobrepeso y la obesidad. Dieta de proteínas, cirugía bariátrica, reducción de estómago…un sinfín de opciones que frenan y eliminan esta enfermedad. Pero como todo en esta vida, no todas son válidas para todas las personas. Es fundamental conocer nuestro IMC antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento, ya que puede ser contraproducente para nuestro organismo o simplemente una frustración al no ser el más indicado.
Situación de sobrepeso
Lo más común suele ser que nos encontremos ante un problema de sobrepeso, en este caso nuestro IMC se encontrará entre 25 y 29,9. Algo, a priori, fácil y sencillo de solucionar.
En esta situación lo más común es comenzar con una dieta un pelín más estricta de la que hayas podido realizar con anterioridad y, sobre todo, supervisada por un nutricionista o endocrino. De esta manera, te aseguras un control por parte del profesional e incluso un inicio de cambio de hábitos.
Si con esto no se consiguiera lo esperado se podría valorar y optar por el Balón Gástrico de 6 meses, una de las opciones más rápidas y seguras para perder peso y combatir la obesidad.
Un paso atrás, tenemos obesidad
Si los datos de nuestro IMC están entre los 30 y los 39,99 tenemos ya un problema mayor, estamos ante una obesidad de tipo 1 o 2. Es hora de comenzar a replantearnos algunos de nuestros hábitos y comenzar a decidir si estamos dispuestos a cambiarlos para mejorar nuestro estado de salud.
Todos sabemos que es necesario y, por eso, las mejores opciones serían decantarnos por un Balón Gástrico de 12 meses o una reducción de estómago sin necesidad de cirugía como es el Método POSE. Ambos tratamientos nos ayudan a perder peso y, lo más importante, a modificar nuestras conductas alimenticias.
Ante una situación más complicada, obesidad mórbida
Encontrarnos ante un IMC de igual o superior a 40 es síntoma de que nuestro estado de salud no es el más óptimo. Probablemente nuestro colesterol estará por las nubes, tendremos problemas respiratorios y por no hablar que no seremos capaces de andar rápido sin fatigarnos. En definitiva, nuestro organismo se ve totalmente afectado y necesita una ayuda urgente.
Como hemos podido ver en las otras situaciones, existían opciones donde la cirugía no tenía tanto sentido pero ahora no hay otra alternativa. En este caso tendremos que ver en que grado de obesidad mórbida se encuentra el paciente para, poder así, decidir entre la Manga Gástrica o el ByPass Gástrico.
Ambos tratamientos son cirugías bariátricas donde directamente se reduce nuestro estómago para comenzar, desde el primer minuto, a perder peso y esa sensación de ansiedad y hambre constante. Gracias a estas técnicas se puede conseguir perder peso de manera muy rápida y lo mejor, sin ningún efecto rebote.
Con el paso de los años la obesidad se ha ido convirtiendo en una enfermedad preocupante, en nuestras manos se encuentra el poder de erradicarla, por ello, cada vez son más importantes campañas como las que hae la Organización Mundial de la Salud (OMS), SECO o incluso nosotros para intentar concienciar a la población.