Otoplastia bilateral Sofia
- Tratamiento:
- Otoplastia Bilateral
- Edad:
- 15
- Ciudad:
- Madrid
- Fecha de intervención:
- Marzo de 2014
- Tiempo:
- 80 Minutos
Sofía tenía un gran complejo y estaba muy insegura con sus orejas y gracias a la técnica de la otoplastia bilateral y su excelente resultado, pudo superarlo.
Vídeo
Fotos otoplastia bilateral
Testimonio
La cirugía estética más practicada en menores de edad es la otoplastia puesto que es una intervención muy sencilla que se puede practicar sin miedo a interferir en el proceso de crecimiento. Basta con la autorización de los padres o de un responsable legal para intervenir al menor y acabar con sus complejos.
En el caso de Sofía, la intervención supuso un cambio de vida. Para ella fue un motivo más para sentirse cómoda consigo misma y ahora se siente mucho más cómoda con su imagen.
Lo que destaca Sofía de su proceso fue que en todo momento recibió una atención personalizada y muy cercana que le permitió resolver todas sus dudas y sobre todo, pasar todo el tiempo de pre, intervención y posintervención con la tranquilidad que requiere.
“Me llamo Sofía, tengo 15 años y me he hecho una otoplastia bilateral.
En la playa no podía bañarme tranquila porque enseguida se veían las orejas y estaba súper insegura, me ponía mucho el pelo por aquí y tenía pues mucho complejo, mucha vergüenza, no podía hacerme coletas ni nada, nada, no podía tener el pelo recogido.
Esta oreja me la tenían que reconstruir porque no tenía nada, la tenía totalmente lisa y demasiado echada para fuera.
Te tratan con mucha alegría, hacen que te sientas muy bien y, pues, transmite muchísima confianza.
Al salir de aquí la verdad que te sientes muy a gusto contigo mismo y no tiene precio.
Te ves mucho mejor y quieras que no eso se nota y ya pues vas más a gusto con tu imagen.
La verdad que siempre llevo ahora moños y coletas, no me suelto el pelo para nada.”
Sofía está muy contenta con los resultados de la intervención y gracias al apoyo de sus padres pudo resolver un complejo que no le permitía desarrollar su vida sin preocuparse por una parte de su físico que le disgustaba.